En su exhortación La alegría del Evangelio, el Papa Francisco nos recuerda que del anuncio y la vivencia del Evangelio brota la verdadera alegría. Junto a la alegría, aparece una y otra vez en la exhortación el don y la tarea del amor. Este libro pretende volver a una categoría bíblico-catequética que ha permanecido bastante olvidada en los últimos tiempos, como es la de los frutos del Espíritu Santo. Los "frutos" del Espíritu no son ideales abstractos o simples metas opcionales para el cristiano. En ellos se resumen algunos de los espléndidos dones que Dios ofrece a quienes aceptam su amor y su misericordia. Por tanto, pueden y deben formar parte del tesoso de la moral cristiana. Los Frutos del Espíritu no solo resumen los valores cristianos, sino que reflejan también los grandes ideales de la humanidad. Sin duda, pueden ser evocados como pautas de la vida moral, válidas para toda persona y para todo grupo social. |