Gran parte de la crítica no ha reconocido el valor de lo transitivo y continuo en la arquitectura de Alvar Aalto. Se ha interpretado según una idea de orden en la cual las diferentes piezas de un edificio o espacio urbano se presentan de manera aislada, sin una estructura común que las una. De acuerdo con este enfoque, las diferentes partes y elementos de sus edificios o conjuntos urbanos se relacionan entre sí por pura contigüidad, sin inflexiones ni articulaciones. En otras palabras, los espacios de transición y recorrido han sido ignorados como aspectos cruciales de sus propuestas. En contraposición, este ensayo tiene como objetivo demostrar que la manera en que se produce, controla y organiza el recorrido de las personas es uno de los componentes fundamentales de su arquitectura. Los elementos que guían los itinerarios desde el exterior (preludio) hasta el centro de las propuestas (desenlace) se consideran cuidadosamente, siguiendo una secuencia premeditada. La circulación va más allá de su función de conectar áreas y funciones, convirtiéndose en un evento espacial independiente. En otras palabras, pasa de ser una mera utilidad a convertirse en el fundamento de la arquitectura. |