Si hubiese que elegir a un escritor en lengua española que, por mitades, fuera músico y letrado, sería Alejo Carpentier. Se hizo escritor tras frustrarse como arquitecto y como músico, y fue crítico musical, musicólogo y divulgador de conocimientos musicales, todo ello en una época muy alterada por discusiones estéticas, filosóficas, políticas y técnicas referidas a la música. En Carpentier la música no es mera afición, entretenimiento placentero o erudición, sino que le vale como elemento estructurante de sus narraciones. Su prosa se produce, a menudo, con cadencias y ritmos de raigambre musical, y la incitación musical es explícita en algunos títulos de sus libros: Concierto barroco, La aprendiza de bruja, Oficio de tinieblas, La consagración de la primavera, El arpa y la sombra. No faltan los personajes que son músicos, como el protagonista de Los pasos perdidos. |