Manuel Muñoz Hidalgo nos regala en Abadón una brillante alegoría, en la que se unen el Teatro dentro del Teatro, lo profano con lo sacro y el sermón con lo simbólico. En ella se dan cita los conflictos propios de los viejos Autos Sacramentales, ceremonias casi sagradas creadas para conmover los corazones de los pueblos y afianzar la majestad de un Dios benévolo, pero capaz también de ser inmisericorde portador del peor de los castigos. Estamos ante la obra ritual y preciosista de un creador versátil y fructífero. Como sostiene el editor y periodista Álex Rosal, “Manuel Muñoz Hidalgo es un hombre del Renacimiento en pleno siglo XXI, y Abadón, el Ángel de la Muerte es un texto extraordinario que eleva el alma, que edifica a la persona y que es un lujo poder leer”. |