La filosofía nos enseña que lo importante son las preguntas que nos hacemos, siempre que formulemos bien nuestros interrogantes y nos preguntemos por el fundamento de nuestros proyectos. La ética, por su parte, es una invitación a ponerse en el lugar de los demás, y los hombres, hasta ahora, no se han puesto en el lugar de las mujeres. La filosofía y, con ella, la ética puede ayudarnos a comprender las enormes contradicciones a las que tienen que enfrentarse las mujeres en un mundo patriarcal al que los filósofos, aun sin haber estado a la altura, sí aportaron una manera de pensar crítica, que nos ha llevado a ser cosncientes de las desigualdades de la doble verdad y a cuestionar el sistema |