25-33 es una evocación de los padres del autor en la primera casa familiar de su barrio, situado en la periferia de Madrid. Aunque escrito desde la ausencia, el libro no refleja el duelo, sino el amor y la gratitud con los que rinde homenaje al ejemplo de su padre y de su madre, a quienes recuerda en su vida sencilla de todos los días, artífices generosos y entregados de una historia común. Con la mirada del niño que vive en él, el poeta vuelve a su infancia y revive algunos de los momentos más importantes en la construcción de su identidad, de la que forman parte los números de su bloque y de su vivienda, con los que el hogar compartido se graba en su memoria. |